¿Sabías que la edad no es un obstáculo para seguir aprendiendo?
Desde pequeños, nos inculcan un mandato familiar: estudiar la primaria, la secundaria, ir a la universidad… Pero, ¿qué sucede después? Al entrar en la adultez e incluso en la vejez, muchas personas sienten el deseo de seguir aprendiendo, explorando y desarrollándose intelectualmente. Esto no solo mantiene nuestra mente activa, sino que también nos da un motivo para seguir adelante, nutriéndonos de nuevos conocimientos y disfrutando la vida.
El Poder del Aprendizaje en la Tercera Edad
Acompañar a nuestros abuelos y abuelas en este camino es clave para evitar la depresión y fortalecer su autoestima. Muchos han enfrentado grandes desafíos para llegar hasta aquí, y hoy en día, la tecnología les ha abierto un sinfín de oportunidades. Para ellos, aprender a utilizar un teléfono inteligente o navegar por internet representa un gran reto, pero también una fuente de satisfacción y autonomía.
No es lo mismo sentirse capaz a los 20 que sentirse capaz a los 70. Esta sensación de logro revitaliza el cuerpo y la mente, fortaleciendo la autoestima y el sistema inmunológico. Actividades como gimnasia, danzas tradicionales, yoga, tai chi, música, teatro, ajedrez, y muchas otras, no solo ayudan a mantenerse en forma, sino que también fomentan la socialización y el bienestar emocional.
La Importancia de la Autonomía
En muchas culturas antiguas, los abuelos eran vistos como pilares de sabiduría y fortaleza, no como personas frágiles que necesitan cuidados constantes. Hoy en día, muchos mayores nos sorprenden con su independencia y deseos de seguir explorando la vida. ¿Cuántas veces hemos escuchado a un abuelo decir: “Sí, puedo hacerlo”? Validar estos sentimientos es fundamental para que sigan sintiéndose vivos y valiosos.
Nunca Es Tarde para Aprender
Hoy en día, no es necesario asistir a la universidad para estudiar. Con solo presionar algunas teclas, cualquier persona puede acceder a cursos online y ampliar sus conocimientos. No hay límites para aprender algo nuevo, ya sea por pasión o por un sueño postergado.
Algunos ejemplos inspiradores:
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- Charles Bridle lanzó su primer álbum musical a los 63 años y fue considerado una revelación.
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- José Saramago publicó su primer éxito a los 58 años y luego ganó el Premio Nobel.
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- Concha García Zaera, nacida en 1930, se convirtió en diseñadora de pinturas digitales y triunfó en Instagram.
Estos casos demuestran que nunca es tarde para cumplir sueños y desafiarse a uno mismo.
Disfrutar el Camino
Si eres una persona mayor o conoces a alguien en esta etapa, te invito a dar el paso y explorar nuevas experiencias. Lee, estudia, juega, disfruta, ríe, canta…
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Namasté.