Hoy, exploraremos la profunda conexión entre pactos, votos y juramentos que realizamos en esta vida y sus resonancias en existencias pasadas.
Estos compromisos ancestrales y espirituales pueden convertirse en una carga constante, perpetuando una maldición vigente que afecta nuestras vidas presentes y futuras.
Los votos kármicos, sellados al ingresar a órdenes religiosas o espirituales, son promesas arraigadas en el tiempo. Estas promesas, tejidas en la convicción y la ignorancia, pueden tener un impacto duradero.
Palabras como “Todo juramento que se realiza en la tierra, se ata en el Cielo”, reflejan la conexión entre nuestras promesas terrenales y sus repercusiones en nuestra vida actual y futura.
Experimentamos trastornos inexplicables, interpretados a veces como mala suerte, que están ligados a estos compromisos pasados.
Ingresar en un convento o monasterio implica renunciar a placeres mundanos, como dinero, relaciones amorosas y matrimonio. Sacrificio y silencio imperan a través de la obediencia total, incluso la renuncia a la identidad propia.
Los votos de pobreza, servidumbre, castidad, celibato, sufrimiento, silencio, obediencia y nulidad de identidad están vinculados a la falta de abundancia y pueden afectar emocionalmente a quienes los han pronunciado en el pasado.
El dinero parece escaparse de nuestras manos y los gastos inesperados parecen interminables debido a los votos de pobreza. Las personas que hicieron votos de servidumbre trabajan incansablemente sin recibir recompensa.
La castidad y el celibato, al reprimir deseos naturales, pueden generar problemas en la expresión amorosa. Los votos de sufrimiento llevan a autocríticas y autocastigos innecesarios.
El silencio y la obediencia, impuestos por votos, limitan la comunicación y el crecimiento personal. La nulidad de identidad, causada por renunciar a uno mismo en pos de una orden, puede generar confusión interna.
Además, los juramentos matrimoniales y las promesas emocionales pueden dejar cicatrices si no se cumplen.
La liberación de estas promesas y votos, así como la sanación de rompimientos álmicos, es vital para nuestra evolución.
Sugerimos el siguiente proceso de liberación:
1. Rompe la energía negativa.
2. Anula la promesa, pacto o voto.
3. Arranca la energía negativa de tu cuerpo.
Afirma tres veces en voz alta:
“Yo (tu nombre) por mi voluntad, rompo y anulo definitivamente y para siempre la promesa (pacto o voto) que le hice a (nombre de la persona o entidad) en esta vida o en vidas anteriores con quienes estuve involucrado/a. Me libero para siempre, recuperando mi energía y poder.”
En el caso de rompimientos álmicos, practica una meditación para focalizarte en la energía emocional y procede a la liberación.
Estas prácticas, basadas en el autoconocimiento, pueden ayudarte a sanar y liberarte de las ataduras que limitan tu evolución.
Namasté.
Bárbaro, incteible, nunca lo pensé hacer, ya que hice un voto pacto con mi pareja, estamos distanciados ahora y creó que lo que hacia falta era esto.. Nunca percate que estoy podría ser importante y me cayó justo en el momento indicado.. De verdad muchas gracias me identifique mucho.. Gcs por esta dedicación y él maravilloso mensaje.. No cabe duda que las cosas llegan en él momento exacto. Gcs gcs gcs
Gracias, gracias, gracias!!
Muy interesante.
Y como sabré q pacto hice?
Me encantó!!! GRACIAS Gracias Gracias
Gracias Gracias Gracias..
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Espero respuesta del curso… Estoy ansiosa…
Muy interesante… Gracias
INTERESANTE, GRACIAS, APARENTEMENT FACIL, Y POTENCIALMENTE PODEROSO.