¿Soy un alma joven o un alma vieja?

Vamos a explorar el significado de la palabra “alma”.


El alma, también conocida como conciencia, forma parte de la Conciencia Universal Superior, la cual es la fuerza creadora que muchos identifican como Dios o el Universo.


El alma es una manifestación de energía.


Los estudiosos en esta materia sostienen que al inicio de la creación, cuando “el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas”, se planeaba compartir una porción de la Divinidad y nombrar a cada fragmento de esta entidad como “alma”.


Se creía que cada alma podría existir eternamente.


La misión de estas almas era encarnar en la Tierra con el propósito de perfeccionarse, como en una suerte de escuela de evolución.


Se les otorgaría un cuerpo y el libre albedrío para actuar conforme a su discernimiento en el momento, siempre recordando que somos responsables de nuestras acciones y sus consecuencias.


Al ingresar al mundo, estas almas habitarían un cuerpo, en este caso, el de un bebé. A este proceso se le llama “encarnar”.


Al final de la vida, el alma se desprende del cuerpo y “desencarna”, retornando al lugar del Creador.


A lo largo de innumerables vidas, hemos encarnado y desencarnado, transitando variados roles y situaciones. Hemos experimentado profesiones diversas, vivido en cárceles y monasterios, hemos sido tanto mártires ahorcados como sanadores perseguidos por brujería.


Nuestras experiencias han sido incontables, un viaje a través de múltiples vidas hasta la fecha actual. Sin embargo, sigue hablándose de la muerte.


Para aquellos de nosotros que creemos en la reencarnación, la muerte es un momento de transición. Dejamos atrás el cuerpo físico para viajar en forma de conciencia etérea a otro plano.


Dejamos atrás el vestido desgastado para vestir uno en el que no hay sufrimiento… seguimos vivos, compartiendo las maravillas de la Luz Eterna.


Algunos estudiosos afirman que reencarnamos aproximadamente cada cien años y que aquellas personas que alcanzan los 80 años, tras haber tenido la oportunidad de resolver asuntos pendientes, ya no regresan.


Cada alma creada está registrada en el Libro de la Vida, y día tras día, segundo tras segundo, se lleva a cabo un meticuloso registro de las vivencias de un alma a lo largo de muchos cuerpos.


Es importante aclarar que el alma es única, lo que varía son los cuerpos. Por lo tanto, en cada encarnación, se pueden mejorar aspectos que quedaron pendientes de la vida anterior, un largo camino por recorrer.


Finalmente, cuando ya no se nos permita regresar, se nos indicará qué lugar ocuparemos en ese reino superior, en función de nuestra evolución.


Al momento del nacimiento, un alma se une a un cuerpo, tal vez por primera vez o a través de la reencarnación. Pero, ¿Cómo saber si somos almas nuevas o antiguas?


Las almas antiguas tienden a ser más espirituales, dándole menos importancia a lo material y enfocándose en nutrir su espíritu.


A menudo, en su juventud, prefieren interactuar con personas mayores en lugar de sus pares, debido a que consideran que estos últimos son inmaduros. Disfrutan de conversaciones más profundas y significativas con individuos mayores.


Podemos describir a estas almas como más maduras que sus contemporáneos con quienes se relacionan.


En muchas ocasiones, psicoterapeutas, filósofos y artistas son considerados “almas antiguas”. Estas profesiones captan su interés, ya que les gusta aprender de sus propias experiencias. A menudo cuestionan el orden establecido.


En el transcurso de nuestras vivencias, encontramos casos de niños superdotados en campos como el canto, los idiomas y las matemáticas. Algunas familias sienten curiosidad acerca del comportamiento de estos niños a una edad temprana.


Algunos de estos niños afirman tener otros padres y vivir en otra casa en un país o ciudad diferente.


Al profundizar en este proceso, las familias descubren que estos niños son la reencarnación de almas que han regresado con una misión específica, entregando un mensaje a la familia a la que pertenecieron en el pasado.


Terapeutas especializados en Vidas Pasadas utilizan técnicas como la Hipnosis Regresiva para inducir a estos niños a relatar sus sentimientos, identidad, ubicación y modo de vida en esa vida anterior.


Por otro lado, las almas jóvenes o nuevas constituyen el grupo más extenso.


Estas almas no han encarnado muchas veces y aún tienen por delante muchas experiencias por vivir, algunas de ellas extremas, como las relacionadas con la riqueza y la pobreza, la opresión y la víctima, el amor y el odio.


Sin importar a cuál grupo pertenezcas, lo fundamental es comprender que posees un alma y has llegado aquí para ser la mejor versión de ti mismo.


Si deseas profundizar en el conocimiento de tu alma, puedes consultar tus Registros Akáshicos. A través de ellos, descubrirás el propósito de tu vida en este mundo y cómo corregir comportamientos no deseados.


Recuerda que sólo los cuerpos vivos tienen almas, y siempre ten en mente: “el alma es intangible, una forma de energía celestial que debemos cuidar tanto como nuestro cuerpo”.


Namasté.

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